sábado, 8 de octubre de 2016

ElPozo hace caer al Inter en su telaraña

ElPozo Murcia consigue la sexta Supercopa de España de su historia tras vencer al Movistar Inter en un frenético partido. Aun así, los charcuteros se mostraron más fiables y lúcidos en los momentos calientes de la final y se llevaron el trofeo a Murcia después del 1-3 final (fotografías: LNFS).


El mejor aperitivo para el retorno de la temporada se encontraba en el plato más exquisito de la historia del fútbol sala español. El Clásico inauguraba, con la final de la Supercopa de España, el nuevo curso deportivo después de un Mundial que no acabó con el mejor regusto en la mente de los españoles. Un pequeño consuelo para esas emociones se disputaba en Antequera y fue ElPozo Murcia, con un ejercicio colectivo excelso durante los 40 minutos. Junto a su afición, a quien también se le debe parte de la responsabilidad, formaron un todo ante lo que nada pudo hacer el Movistar Inter.

La bienvenida a la nueva campaña, sin embargo, fue un dulce para los interistas. A las primeras de cambio, Ricardinho ejecutó un recorte bautismal ante Fernando, que se estrenaba así en una final del fútbol sala de élite. Aquello no hizo amilanarse al jugador charcutero, que peleó durante todo el encuentro con viveza y sin miedo a nada ni nadie, al igual que su compañero Elías, que exhibió una gran calidad en los pases y en la resistencia a la presión. Ambos justificaron por qué están en el primer equipo. El encuentro elevaba el ritmo hasta las alturas y ni los primeros ni los segundos espadas parecían disponer de distinto nivel. Todos luchaban con nobleza y tensión competitiva. Todos hacían disfrutar al público.

No obstante, fue Miguelín quien estrenó el marcador en uno de los pocos aclarados de los que dispuso el balear en los comienzos. Un regate hacia el centro y un disparo con la izquierda supuso el 0-1 y el delirio de los pozeros. El mallorquín, que sería proclamado como MVP de la final, se encontraba a gusto en la pista y así lo exhibía. La confianza es el motor del deportista. Otro de los momentos esperados era el estreno de Cardinal con la camiseta murciana. Su primera acción, en cambio, no fue tan afortunada y recibió un caño de Pola. Aquello no le incomodó para seguir batallando y peleando cada balón, como se presuponía. Estaba muy conectado el portugués, al contrario que su exequipo, que no enlazaba jugadas de provecho.


Esto cambió cuando Ricardinho, el icono actual de este deporte, volvió a contactar con la pelota. Sabe que lo es. Busca a la afición. Intenta renovar su estilo y lo consigue. Incluso cuando va perdiendo. Así lo demostró en unos minutos mágicos, también tildados como el show de Ricardinho, en los que acumuló y acumuló admiraciones del público. Hasta inventó una nueva forma de sacar de banda que sorprendió hasta al propio balón. A raíz de esas jugadas se vino arriba el equipo torrejonero y sí conectó acciones peligrosas, como una volea del portugués que a punto fue el empate. Duda, ante el vendaval que le venía, se vio obligado a pedir tiempo muerto y frenar la sangría. A Inter le costó diez minutos entrar en juego, pero lo hizo con una avalancha brutal.

Con ElPozo algo inconsciente, llegaron las dudas charcuteras. Justo el momento ideal, que dirían algunos, para aumentar la ventaja. Así lo hizo, como si estuviera escrito en una cruel novela, de nuevo Miguelín, tras aprovechar un rechace de una falta y ajusticiar, una vez más, a Álex. Abrió los brazos y voló por la cancha mientras miraba a sus aficionados. El fútbol sala también es un estado de ánimo y quedó más patente que nunca con el intercambio anímico que ambos mostraron en la pista. Cuando uno estuvo bien, el otro mal. La fortuna, sin embargo, cayó del lado murciano después de los primeros 20 minutos.

El Inter había cometido fallos poco esperables para un conjunto de su calidad y lo había pagado. Tampoco había tenido precisión en sus disparos y, como se dice, "todo se juntó". A la vuelta no cambiaría el discurso y ElPozo mantendría el dominio, con un Elías escandaloso en la seguridad de sus decisiones. El equipo de Duda se hallaba en una situación idílica (y soñada) por el técnico, que vaía cómo su rival caía poco a poco en su telaraña sin sensación de que pudiera levantarse. Las caras interistas señalaban impotencia ante el buen hacer charcutero. Y, además, lo que generaron fue desviado por Fabio, que también estuvo magnífico en sus acciones.

La seguridad y la confianza en defensa de ElPozo Murcia fue palpable durante todo el partido. Con constantes ayudas de todo el equipo, haciendo gala de una gran solidaridad, desde el más veterano hasta el que acababa de llegar. Raúl Campos, en esta nube de sensaciones, estrelló un balón en la escuadra y todo parecía encaminado a la sonrisa murciana. Hasta que llegó la quinta falta cuando restaban poco más de 11 minutos (las tres últimas, cometidas sobre Humberto). Fue oxígeno para Inter, que se vio, por un momento, superior. Apretaron los torrejoneros y forzaron situaciones como una mano (no pitada por los árbitros) o la crispación de otros contrarios como Fernando (que ni siquiera se amilanó ante Rivillos). Había tensión, pero ElPozo estaba espléndido.


Ortiz recortó distancias en el asedio interista, pero la alegría de su disparo exterior no duró demasiado. En la siguiente acción, Álex impondría la renta de dos goles de nuevo. Fue un espejismo.
A menos de cinco minutos, Daniel se enfundó la camiseta de portero-jugador e Inter creó muchas oportunidades, aunque ninguna con acierto, ya que Fabio no dio posibilidad alguna. Así murió la final, en los pies de ElPozo, merecida recompensa a lo visto sobre la pista. Miguelín, además, fue galardonado como el MVP de la competición para redondear la fiesta charcutera.

Ficha técnica: 

Movistar Inter: Álex; Ortiz, Ricardinho, Daniel y Humberto —quinteto inicial—; Lolo Urbano, Pola, Rivillos, Borja y Darlan. 

ElPozo Murcia: Fabio; Elías, Bebe, Fernando y Marinovic —quinteto inicial—; Cardinal, Álex, Miguelín, Raúl Campos, Pito y Matteus. 

Goles: 0-1, min.7, Miguelín; 0-2, min.14, Miguelín; 1-2, min.35, Ortiz; 1-3, min.35, Álex. 

Árbitros: Cuesta Sánchez y García Morón amonestaron a Daniel, Pola, Rafael, Ortiz, Raúl Dampos, Matteus y Elías. 

Incidencias: Partido correspondiente a la final de la XXVII Supercopa de España, celebrada en el Pabellón Municipal Fernando Argüelles de Antequera, ante más de 2.500 espectadores.

Antonio Pulido

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